Desde los bosques profundos del sur de Chile, Teluria nace como un puente entre la naturaleza y la joyería artística. Recolectamos hojas, ramas y hongos únicos, elegidos por su belleza efímera, y los transformamos mediante electroformado —un delicado proceso que recubre formas orgánicas con metales— preservando cada textura y detalle en piezas duraderas y singulares.

Lo que alguna vez estuvo vivo y destinado a desvanecerse, se vuelve eterno, convertido en amuleto, adorno u objeto de contemplación. Cada creación es irrepetible, pues ninguna obra es igual a otra. Así, llevamos la autenticidad y el misterio de la naturaleza a quienes buscan algo más que una joya: un fragmento inmortal del mundo natural.